LOS RR. PP. MM. FR. ANTOLIN MERINO, V. Sugret 18.46 ptas 1 72-29-21 DON FERNANDO VIT SEÑOR La España Sagrada, que tuvo su principio bajo la proteccion del Gobierno en el reinado del Sr. D. Fernando el VI., y se prosiguió felizmente en el de los Augustos Abuelo y Padre de V. M. sufrió tal estrago en la última devastacion, que parecia imposible repararse. Libros, láminas, manuscritos y quantos materiales se habian acopiado en abundancia para la empresa, todo pereció en la mayor y mas preciosa parte, quedando el resto lastimosamente derrotado. Hubiera tal vez permanecido sepultada para siempre esta grande obra entre sus ruínas, si el ardiente zelo de V. M. por la gloria de la Iglesia y del Estado, no hubiese extendido hacia ella su benéfica y poderosa mano. Se dignó V. M. informarse de todo, y á consecuencia encargarnos su continuacion. Conocimos luego la debilidad de nuestras fuerzas para tamaña empresa; pero estimulados con la Real órden, la acometimos sin omitir diligencia alguna en recoger noticias y documentos útiles que la puedan llevar adelante. Asi hemos formado el Tomo XLIII. que siguiendo el plan trata de la Santa Iglesia de Gerona en su estado antiguo, y le ofrecemos humildemente á V. M. á quien se debe de justicia. Dignese V. M. aceptarle como tributo de nuestra gratitud, lo que nos servirá de nuevo impulso para emplear todo nuestro conato en su Real servicio, y en el de la Iglesia. SEÑOR: A LOS REALES PIES DE V. M. Fr. Antolin Merino. Fr. José de la Canal. III PRÓLOGO. Diez y ocho años se han pasado desde que el pú blico vió el último tomo de una obra destinada à reunir è ilustrar los documentos de nuestras glorias políticas, pero principalmente religiosas, para formar despues la historia Eclesiástica digna de la antigüedad, pureza, magestad y grandeza de la Iglesia Española, porcion tan escogida de la universal. Nos creemos en la obligacion de dar à conocer los verdaderos motivos de suspension tan notable, y los casi insuperables obstáculos nacidos de ella para continuar la España Sagrada; para lo qual conviene tomar el hilo desde su principio. El R.mo Florez, hijo ilustre de la Orden Augustiniana, emprendió esta obra sin que le acobardasen los enemigos que se podia suscitar, los trabajos à que se iba à exponer ni el incesante estudio à que se condenaba en el hecho mismo de tomar la pluma para proponer al público su vastísimo plan. Vió luego con placer que el Gobierno, los Cuerpos de todas clases, y los Sábios de la nacion se pagaban de su noble empresa, y se apresurabah à darle auxilios para continuarla, el Gobierno autorizándole para registrar los archivos polvorosos, los Cuerpos Eclesiásticos y Civiles abriéndoselos à porfia, y los Sábios comunicándole quantas noticias tenian con las que se pudiesen despejar nuestras glorias verdaderas, purgándolas de tanta patraña como habia introducido la mal entendida piedad del P. Román de la Hi. · guera y otros, y su insensato deseo de fantásticas y qui méricas grandezas. Quando el R.mo Florez acometió esta empresa, que fue por los años de 1746. empezaba à rayar en nuestra España la aurora del buen gusto y de la sana crítica, y à su escasa luz se avergonzaron ya los literatos |