Concepción Arenal: la mujer más grande del siglo XIX

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J. A. Alsina, 1907 - 268 pages
 

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Page 31 - Imaginemos, si es posible, una sociedad sin dolores, y creyendo encontrar una mansión de delicias, hallaremos un pueblo de monstruos repugnantes. El que no recibe más que impresiones gratas, se degrada física y moralmente, se envilece sin remedio. Sin lucha, sin contrariedad, sin abnegación, sin prueba, sin sacrificio, sin dolor en fin no es posible moralidad ni virtud. ¿Quién cambia los groseros instintos en elevados afectos? El dolor. La amistad, que no existe sin los amargos días de prueba;...
Page 37 - SM (q. D. g.) ha tenido a bien dejarme cesante; y lo más terrible del caso, lo que me tiene inconsolable, es que no ha quedado satisfecha del celo, lealtad e inteligencia con que he desempeñado mi destino, o por lo menos no me lo dice.
Page 20 - Haga de esto aplicación el pedante presumido si porque mucho ha leído cree tener instrucción, y siempre que a juzgar fuere la regla para sí tome : No nutre lo que se come, sino lo que se digiere.
Page 31 - ... con sangre; el arrepentimiento, que no existe sin la amargura de la falta; el perdón, que ha saboreado el desconsuelo de la injusticia; todo cuanto hay en el hombre, grande, puro, santo, ¿dónde tiene su origen? En el dolor. Examinemos bien todo lo que nos interesa, nos conmueve, nos admira, nos entusiasma, y hallaremos en el fondo algún dolor, algún grave dolor como su raíz necesaria.
Page 11 - Ceres, es porque Venus huya, que lasciva hipoteca en sus frutos sus placeres. La encina hercúlea, no la blanda oliva, teje coronas para sus mujeres, que aunque diversas en el sexo y nombres, en guerra y paz se igualan a sus hombres.
Page 20 - Había en un lugarón dos hombres de mucha edad, uno de gran sobriedad y el otro gran comilón. La mejor salud del mundo gozaba siempre el primero, estando de enero a enero débil y enteco el segundo. — ¿Por qué — el tragón dijo un día — , comiendo yo mucho más tú mucho más gordo estás?
Page 37 - Era yo una rueda que no engranaba con ninguna otra de la máquina penitenciaria, y debía suprimirse (...] ...porque el Gobierno no quiere moralizar las prisiones, aleja de la esfera oficial a quien procura moralizarlas, y contesta al primer libro que con este objeto se escribe [el suyo. Cartas a los delincuentes] dejando cesante al autor. ¡Y esto se llama y le llaman Gobierno! Gran necesidad hay de rehacer el Diccionario si hemos de entendernos.
Page 31 - Por el contrario, el placer, ya lo hemos dicho, enerva y degrada; es un árbol de bella flor y envenenado fruto, cuya sombra es mortal. El que no recibe más que sensaciones gratas, no sabe pensar ni sentir: no comprende, ni padece, ni ama; no es hombre.
Page 192 - De tal modo es preciso, expresivo, enérgico, como si no hubiera otra manera de decirlo, y como si no quedara nada que decir.
Page 75 - ... todos causa desprecio y asco, donde se la cura para que vuelva á servir como á un animal que enferma y curado puede ser útil? Digo mal; esta comparación no da todavía idea de lo que inspira en el hospital la mujer deshonesta, cuando sus mismas compañeras se burlan de sus dolores, y cuando el practicante, al cortar ó quemar sus carnes, le dirige por vía de consuelo alguna obscena chanza.

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